EL TERROR ROJO Y EL TERROR PARDO
EN TIEMPOS DE PAZ.
LO QUE ROOSEVELT NO QUISO VER.
¿Por qué Roosevelt estaba absolutamente decidido a ignorar el carácter salvaje y brutal del régimen comunista soviético de Stalin? ¿Por qué estaba convencido de que los regímenes fascistas suponían un peligroso desafío a la libertad de los pueblos y al mismo tiempo pregonaba que la experiencia comunista en Rusia era una inofensiva revolución emancipadora similar a la americana de finales del siglo XVIII? En el verano de 1939, vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial y para cuando Roosevelt ya estaba totalmente decidido a apoyarse en Stalin para acabar con Hitler, el balance comparativo entre el terror pardo y el terror rojo, no dejaba lugar a dudas. En 1933, año de acceso al poder de Roosevelt, Stalin ya había consumado el exterminio por hambre (Holodomor) de entre 5 y 6 millones de campesinos ucranianos, y el de otros dos millones de campesinos kazakos y caucásicos[1].