La vengativa respuesta de Israel
a la votación de las Naciones Unidas que proclamó a Palestina como “Estado
observador” el pasado 29 de Noviembre no
se ha hecho esperar. Los medios de comunicación de todo el mundo se hacen eco
estos días de la decisión del gobierno de Benjamín Netanyahu de construir tres
mil nuevas viviendas en los territorios ocupados, en concreto al Este de
Jerusalén y también de la crisis internacional y diplomática que esta polémica
decisión está provocando. Varias naciones europeas, España, Francia, el Reino
Unido, Suecia… están convocando a los embajadores de Israel en sus capitales
para pedirles explicaciones a este desafío. Y los israelíes ya anuncian que no
cederán a las presiones.
La decisión israelí de levantar
este nuevo y enorme asentamiento ilegal supone, además de una nueva humillación
para los palestinos, un desafío de colosal envergadura para la comunidad
internacional. Intentaré explicar a continuación por qué este órdago de los
dirigentes sionistas está levantando tanta polémica.
Lo que Netanyahu ha dicho que va
a poner en marcha no es más que la reactivación de un viejo plan de
colonización de Cisjordania diseñado por el entonces primer ministro Isaac
Rabin en 1995, el Plan E-1 (East-1), diseñado para unir la zona urbana de Jerusalén
Este con Maale Adumim, un gigantesco asentamiento ilegal construido en 1975 y
situado al Este de Jerusalén y a tan sólo quince kilómetros de la orilla
occidental del Mar Muerto. El plan E-1, como todos los planes urbanísticos
israelíes en Cisjordania, no buscaba tan sólo colonizar los territorios
ocupados estableciendo población judía y arrebatando tierras y recursos a los
palestinos, sino también ir sembrando estos territorios de asentamientos
estratégicamente emplazados de forma que fuesen aislando a las poblaciones
palestinas unas de otras, fracturando por completo Cisjordania, quebrando su
continuidad territorial y haciendo imposible la existencia de un estado viable
en el que se pudiese ejercer una autoridad efectiva.
De la misma forma que el
asentamiento ilegal de Har Homa al Sur de Jerusalén se construyó con la finalidad
de aislar a la población palestina de Belén de la zona palestina de Jerusalén,
el Plan E-1 pretende levantar una gigantesca área al Este de la Ciudad Santa
que enlazará con Maale Adumim. Este nuevo asentamiento ilegal se extenderá por
más de doce kilómetros cuadrados de tierras palestinas y además de las zonas
residenciales, contará con polígonos industriales, hoteles, parques, un enorme
basurero y un nuevo cementerio judío para Jerusalén y Maale Adumim. Teniendo en
cuenta que entre Jerusalén y el Mar Muerto, el límite occidental de Cisjordania,
apenas hay 30 kilómetros y que más o menos en medio ya se encuentra Maale
Adumim, el Plan E-1 aumentará la superficie usurpada a Palestina hasta,
literalmente, cortarla en dos en sentido Norte-Sur. Las comunicaciones entre los
grandes centros urbanos de Nablús o Ramala, situados al Norte de Cisjordania
quedarán prácticamente cortadas con las poblaciones del Sur como Belén o
Hebrón, y la población palestina de Jerusalén-Este, cada vez más aislada del
resto de sus compatriotas, lo cual facilitará otra vieja aspiración sionista,
la “judeización” de toda Jerusalén.
Ante tal desafío de las
autoridades sionistas la comunidad internacional debe presionar con todas sus
fuerzas y recursos para hacerlas desistir. De hecho, el Plan E-1 llevaba
durmiendo el sueño de los justos desde hace diecisiete años porque la presión
internacional consideraba, a pesar de todas las violaciones israelíes de la
prohibición de levantar asentamientos en Cisjordania durante los últimos años,
que este plan era ir demasiado lejos.
En
cualquier caso, como de costumbre, sólo los Estados Unidos disponen de la
fuerza suficiente para hacer recapacitar al gobierno de Netanyahu. Y conviene
que Obama recuerde que si para las administraciones de Washington precedentes
el Plan E-1 era inadmisible, nada sustancial ha cambiado para que ahora sea
admisible. Obama está en su segundo mandato y ya no debe preocuparse por su
reelección. ¿Tendrá un mínimo gesto de firmeza y honestidad? No tardaremos en
saberlo.
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