Los judíos y los calvinistas, el capitalismo y el fin del mundo antiguo
Max Weber y Werner Sombart
En 1903 el intelectual alemán Max Weber en su
emblemática obra “La ética protestante y
el espíritu del capitalismo”[1]
atribuyó a la ética emanada del calvinismo el origen de la mentalidad que generó
el modelo económico capitalista. Este ensayo, que a pocos dejó indiferentes,
generó debates y polémicas que llegan a la actualidad. Para Weber, la actitud ante
la vida que generó la teología calvinista forjó sociedades alejadas del
pensamiento generado por el catolicismo, y fue en estas sociedades de
individuos reconciliados con el dinero, la riqueza y el beneficio, en las que
se destruyó la economía tradicional asociada a los estamentos y a los gremios y
se sustituyó por un nuevo modelo, basado en una concepción del trabajo como una
actividad central de la vida y orientada, no a obtener lo razonable para vivir,
sino a conseguir lucro y riqueza sin límite.