Allen Ginsberg
Afirmar que la izquierda ha acabado de compañera de viaje del capitalismo global creo que no supone ninguna revelación sorprendente . Este fenómeno, desde
luego, no es nuevo y tiene sus raíces y fundamentos. Más o menos, deberíamos
retrotraernos a los Estados Unidos en los años cincuenta. En esos momentos, en
plena Guerra Fría, surge un movimiento rupturista que dice ser de izquierdas, pero
que trae aires nuevos al discurso y al método de la izquierda tradicional, representada
en los Estados Unidos por los sindicatos y las organizaciones socialistas,
muchas de ellas próximas a los sectores más rooseveltianos
del Partido Demócrata.