En este blog me defino como
militante falangista desde 1977. Como hablo mucho de Historia y no oculto en
absoluto mis simpatías por el bando que perdió la Segunda Guerra Mundial, hay
quien piensa que soy nazi. Siento decepcionar a quienes así piensan. Lo voy a
explicar una vez, porque las cosas que son evidentes, no requieren insistir en
ellas… ¿O sí?
Vengo del
nacionalsindicalismo que me enseñaron en FE de las JONS unos tipos que tenían,
por lo menos, 30 años más que yo en 1977. Casi todos los tipos que tuve como
jefes y adoctrinadores en mi inmersión falangista en la transición pertenecían
a la generación nacida durante o justo después de la guerra y la mayoría habían
sido poco más que ascensoristas en “los sindicatos”, instructores del “Frente
de Juventudes”, profesores de “FEN” y de Educación Física en colegios e
institutos, auxiliares administrativos en algún ministerio... (En esa época, la
mayoría de los ”falangistas y franquistas” instalados en las esferas de poder
del Movimiento Nacional hacía ya seis o siete años, como poco, que habían ido “moviéndose”
para estar colocados en la “pole position” en la inminente caída del Régimen
del 18 de Julio a la muerte de su fundador).